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diciembre 9 de 2020
Sí o sí, debemos acelerar la transformación digital en Colombia

2020 es el año en el que llegó una “inyección” que debe facilitar en los sectores público y privado un cambio de mentalidad para convertir a Colombia en un País Digital

Colombia ha mostrado importantes avances en digitalización durante los años recientes, pero sigue contando con retos significativos para obtener el máximo provecho de la economía y la transformación digital. La necesidad de convertir a Colombia en un país digital se ha hecho aún más relevante en los últimos meses debido a la emergencia económica y social que atraviesa el país como consecuencia de la pandemia global por el COVID-19.

¿Cuál es la realidad? La competencia global se da entre ecosistemas digitales y es por esto que, en esta era de la Cuarta Revolución Industrial, el que se conforma o se “duerme” es rápidamente superado por el impacto social y económico que traen los cambios exponenciales generados por las tecnologías convergentes en todos los aspectos de nuestras vidas. De acuerdo con el International Institute for Management Development (IMD) en Suiza, la “competitividad digital es la capacidad de una economía para adoptar y explotar tecnologías digitales conducentes a la transformación en las prácticas gubernamentales, los modelos de Sí o sí, debemos acelerar la transformación digital en Colombia 2020 es el año en el que llegó una “inyección” que debe facilitar en los sectores público y privado un cambio de mentalidad para convertir a Colombia en un País Digital.  negocio y la sociedad en general”.

Hace pocos días el IMD presentó los resultados sobre el ranking mundial de competitividad digital, en el cual Colombia perdió varios puestos y es ahora 61 (antes 58) entre 63 países. El top 5 del ranking lo ocupan Estados Unidos, Singapur, Dinamarca, Suecia y Hong Kong. En Latinoamérica, Chile es 41; Brasil, 51; México, 54; Perú, 55 y Argentina, 59 . Sobre este balance de IMD realizaremos un análisis en otro espacio para comprender lo que debemos mejorar como país.

En los dos últimos años, Colombia ha tenido avances en la formulación de políticas2 y marcos normativos y regulatorios para promover y facilitar la transformación digital. Esto se ha logrado gracias a un trabajo articulado al interior del Gobierno, en equipo con el sector privado, destacando el liderazgo y rol de la Consejería para Asuntos Económicos y la Transformación Digital3 y del Consejero Víctor Muñoz. En abril de 2019, el Presidente Duque inauguró en Medellín el primer Centro para la Cuarta Revolución Industrial afiliado al World Economic Forum en un país de habla hispana y el quinto de su tipo en el mundo, con el fin de facilitar la adopción de tres tecnologías convergentes: inteligencia artificial, blockchain y el internet de las cosas (IoT) en Latinoamérica.

En mayo se aprobó la Ley 1955 (Ley del Plan Nacional de Desarrollo PND), con los artículos 147 (Transformación Digital Pública) y 148 (Gobierno Digital como política institucional) que definen una agenda completa de objetivos para que Colombia llegue a ser un país digital vía acciones como la promoción de los servicios en la nube y el uso y aprovechamiento de la infraestructura de datos públicos, estableciendo que todo nuevo trámite será digital y apuntando a la plena interoperabilidad entre el Estado. En pocas palabras, #GovTech. Estos artículos del PND fortalecen el propósito de la Directiva Presidencial 002, por la cual se simplifica la interacción digital entre los ciudadanos y el Estado.

En julio de 2019 se aprobó la Ley 1978, más conocida como Ley TIC, con la que se moderniza nuestra arquitectura institucional (entre otros aspectos, se crea un único regulador y único fondo TIC), se establecen reglas claras para atraer la inversión y, lo más importante, se crean las condiciones para acelerar y lograr conectar a todos los colombianos a internet. Fue un gran trabajo de la exministra Constaín y de la hoy Ministra Karen Abudinen, toda vez que, de acuerdo con MinTIC, unos 20 millones de colombianos no tenían acceso a la red el año pasado; es decir, exclusión e inequidad y, claro, la existencia de barreras en productividad. Por esto mismo, al final del año se abrió la subasta del espectro para adjudicar las bandas de 1.900, 2.500 y, la que llaman “la joya de la corona”, 700 MHz. Un mes antes, MinTIC había publicado el Plan 5G para comentarios de la ciudadanía y de la industria, que le permitirá a Colombia avanzar en el desarrollo y aprovechamiento de nuevas tecnologías móviles.

Por otra parte, en septiembre del año pasado se expidió el Decreto 1974, por el cual se reglamentan las asociaciones público privadas (APP) en TIC, un pendiente y, sobre todo, un instrumento que venimos trabajando desde la ANDI para abrir la posibilidad de cocrear con el sector empresarial soluciones e iniciativas que ofrezcan respuestas digitales para el desarrollo económico de nuestro país. Lo anterior va en armonía con lo identificado por el CONPES 3920 de 2018 sobre Infraestructura de Datos, respecto a la importancia de los activos digitales y la valoración del big data, pero se requería contar con una certidumbre jurídica para los ordenadores del gasto en la posibilidad de presentar APP en TIC. En noviembre se expidió el CONPES 3975 sobre Transformación Digital e Inteligencia Artificial, un documento que aborda de manera integral la hoja de ruta en la materia y que se ha convertido en referente mundial.

En enero, el Congreso aprobó la Ley 2015 que reglamenta la historia clínica electrónica, la cual fue construida por iniciativa de los congresistas Juan Fernando Reyes y Carlos Fernando Motoa con gran acompañamiento del Gobierno. Esta ley se convierte en un hito para que el sector salud sea uno de los primeros que realmente se transforme. El sueño de no tener que cargar con una carpeta de papeles por toda Colombia con la historia clínica impresa está más cerca. Nos lleva a utilizar analítica, inteligencia artificial, machine learning, big data y la nube, entre otras tecnologías, para que mejore la calidad y eficiencia en la prestación de la salud en Colombia, se salven vidas al tomar decisiones de manera más rápida por tener la información a la mano, se formulen mejores políticas de prevención y, sobre todo, para que la experiencia de los pacientes y de todo el ecosistema digital de la salud sea del siglo XXI.

En marzo 31, a los pocos días de iniciar el aislamiento preventivo obligatorio, se expidió el CONPES 3988, Tecnologías para Aprender, el cual busca impulsar la innovación en las aulas de clase usando tecnologías digitales, para que los estudiantes desarrollen competencias que les permitan enfrentar los retos y aprovechar las oportunidades de esta nueva era digital que por el COVID-19 es sí o sí la realidad que llegó para quedarse.

También, hace pocos días, el Gobierno Nacional expidió el Decreto 1234 mediante el cual reglamenta el sandbox regulatorio para el sector financiero en el país, el cual impulsará el desarrollo de FinTech y da un gran paso como país para acoger buenas prácticas internacionales. En este momento estamos ya en el 77% de lo recorrido de 2020 y pasamos al periodo de ejecución. A medida que el país enfrenta la pandemia y continúa en su proceso de reactivación, se han identificado 168 proyectos en transformación digital desde la Consejería Presidencial que buscan agilidad y cambio en los servicios para el ciudadano. Las iniciativas –que incluyen los 17 proyectos priorizados que ayudamos a construir desde la Vicepresidencia de Transformación Digital de la ANDI en el Consejo Gremial Digital convocado por el Presidente Iván Duque– suman en total 184 y cubren todos los sectores: agropecuario con 14 proyectos; ambiente y desarrollo sostenible con 3; comercio, industria y turismo con 8; cultura con 21; deporte con 1, al igual que interior; en educación hay 14; hacienda tiene 5; inclusión social, 2; justicia, 17; minas y energía, 10; relaciones internacionales, 6; salud, 5; TIC, 6; trabajo, 10; transporte, 3; vivienda, 12; las superintendencias, 18; y los departamentos administrativos, 28. Estamos pasando de la narrativa y formulación de las políticas a materializar proyectos y acciones en los sectores público y privado.

Un consenso, una urgencia y un objetivo fundamental: la pertinencia en la formación de habilidades, la alineación de la oferta y demanda del talento, y la generación de empleo; es decir, que llegue la transformación digital al sector educativo. Tenemos también serios retos en la reglamentación de lo establecido en el PND: el artículo 205, que busca la reglamentación de aplicaciones y plataformas digitales. También tenemos que hacer operativos los artículos 309 y 310 para facilitar el despliegue de infraestructura.

Para esto, será fundamental el trabajo con los nuevos gobernadores y alcaldes en la formulación de los planes de desarrollo regional y local. Implementar rápidamente los CONPES de confianza y seguridad digital, inclusión y educación financiera, acceso universal a internet para zonas rurales, la modernización de la DIAN, así como expedir y llevar a la realidad el de propiedad intelectual, comercio electrónico, el de ciudades inteligentes y, sin duda, el que se denomina para la reactivación económica. Esto sin olvidar que falta la implementación de los CONPES que mencionamos de 2019 y 2018 (Transformación Digital e Inteligencia Artificial, y el de Big Data), junto con el decreto de los servicios digitales para los ciudadanos, la adjudicación del espectro y la definición del domino .co, entre otros. Necesitamos regulación inteligente. Todo lo anterior va en línea con el documento que publicó la OCDE, Going Digital in Colombia, presentado por el mismo Secretario General, Ángel Gurria, en Bogotá en octubre de 2019. En este se analizan las oportunidades y los desafíos que plantea la digitalización en el país y se ofrecen una serie de recomendaciones que nos permiten mejorar las políticas enmarcándonos en los lineamientos del proyecto de digitalización Going Digital.

El mundo no se detiene y para ser competitivos se debe mantener como prioridad en la agenda pública, del sector privado y del sistema educativo la importancia de “aterrizar” la transformación digital para dos propósitos fundamentales: mejorar la calidad de vida de todos los colombianos con nuevos productos y servicios que nos lleven a lograr los objetivos de desarrollo sostenible a 2030, y aumentar la productividad para que Colombia crezca y se inserte en las Cadenas Globales de Valor. Desde la ANDI queremos y trabajamos para que Colombia sea un país digital.