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marzo 7 de 2018
"Haber terminado el conflicto con las FARC es probablemente una de las políticas para promover el agro más exitosas que puede haber" Humberto de La Calle

El candidato del Partido Liberal Colombiano fue Jefe del Equipo Negociador del Gobierno con las FARC-EP, entre 2012 y 2016

La Revista A de la ANDI indagó a los candidatos a la Presidencia de la República sobre las consultas previas y populares, agricultura, y minería e hidrocarburos.
A continuación la entrevista otorgada por Humberto de La Calle, candidato del Partido Liberal Colombiano, en la edición 265 de la Revista A.

Revista A: Hay un gran debate en el país alrededor de las consultas previas y las consultas populares, su uso indebido y el impacto que están teniendo en las regiones. ¿Cuál es su posición al respecto y qué propuesta tiene su plan de gobierno frente a este tema?

Humberto de La Calle: Las consultas previas y las consultas populares son mecanismos valiosos. Les dan voz a las comunidades y son mecanismos democráticos que previenen conflictos futuros. Es un error pensar que eliminando las consultas se va a ofrecer mayor seguridad a las empresas. Todo lo contrario. Eliminar las consultas tendría el efecto perverso de promover las vías de hecho, generando conflictos y, por lo tanto, aumentando la inseguridad jurídica. Ahora, tenemos que reconocer que algunas personas se han aprovechado de este mecanismo, impidiendo que se lleven a cabo inversiones que no solo benefician a las empresas, sino que tienen claros impactos positivos en la comunidad. Pero este es un problema que tiene que ver con la reglamentación, no con el mecanismo en sí mismo y, afortunadamente, la solución es sencilla: vamos a hacer un inventario de todas las comunidades que hay en el país, y serán solo las comunidades registradas ahí las que tendrán derecho a consulta previa. Así evitaremos que aparezcan comunidades de la nada, solo cuando se van a iniciar proyectos de inversión, con el único fin de obtener algún provecho particular a costa del bien común. 

Revista A: Es un lugar común afirmar que Colombia tiene un gran potencial en materia agroindustrial; sin embargo hay bastante por hacer. ¿Qué tiene previsto en su programa para promover la inversión y el desarrollo del sector de forma sostenible?

H.D.L.C.: Lo primero que hay que decir es que, en un sentido importante, haber terminado el conflicto con las FARC es probablemente una de las políticas para promover el agro más exitosas que puede haber. De hecho, ya se están viendo los resultados. Pero, por supuesto, no nos podemos quedar ahí. Si uno cruza el mapa de la pobreza en Colombia con el mapa de la población rural, la coincidencia es espeluznante. Tenemos que nivelar la cancha, y para esto tenemos que atacar los cuellos de botella más importantes que impiden el desarrollo del sector, especialmente en tres frentes. En primer lugar, es necesario mejorar la calidad de la educación. Los niños mayores de 15 años en cabeceras municipales tienen, en promedio, 9,2 años de escolaridad mientras que los jóvenes en zonas rurales tienen solamente 5,5. En segundo lugar, vamos a darle un vuelco a la relación de los campesinos con el Estado. En este momento, el Estado se ha concentrado en ofrecer programas asistenciales. Más del 60% de los hogares rurales tienen acceso a programas de este tipo, pero menos del 3% tienen acceso a programas que promuevan la productividad. Necesitamos cambiar este paradigma de tal manera que el Estado garantice las condiciones básicas que permitan a los campesinos colombianos salir adelante. En tercer lugar, necesitamos construir una institucionalidad que sea técnica y robusta, que sea capaz de ofrecer apoyo a los productores. 

Revista A: ¿Debe Colombia desarrollar el potencial que tiene en materia de minería e hidrocarburos, o se debe limitar el crecimiento de proyectos en estos sectores?

H.D.L.C.: Por supuesto que Colombia debe desarrollar su potencial en materia de energía e hidrocarburos. Como cualquier otro sector de la economía, el desarrollo de esta área trae importantes beneficios para el conjunto de la sociedad colombiana. Sin embargo, no podemos ignorar el hecho de que la ciencia ha avanzado a pasos agigantados en relación con las causas y efectos del cambio climático: hoy sabemos mucho más que hace 10 años, incluso que hace cinco, sobre esta materia. Y este conocimiento, que antes no teníamos, nos obliga a mejorar las prácticas en muchas materias, incluyendo actividades mineras y de explotación de hidrocarburos. Ignorar el cambio climático o hacer de cuenta que no existe sería una irresponsabilidad con nosotros mismos y con las futuras generaciones.

Acceda a las entrevistas de los demás candidatos en la edición 265 de la Revista A.