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julio 1 de 2021
La industria portuaria y su permanente reto de cambio

Las variaciones en las cadenas de abastecimiento a nivel mundial, ocasionadas por las cuarentenas y los cierres de fronteras, implementadas en todos los países, afectaron los ciclos normales de movimiento de los contenedores.

El año 2020 quedará en la historia como uno de los más retadores para la hu- manidad. En el primer trimestre de 2020 no sabíamos lo que enfrentaríamos y qué tan largo sería, pero ya hemos pasado casi año y medio haciendo cambios en nuestros trabajos, hábitos, horarios, etc., que nos permitan adaptarnos a las nuevas circunstancias. En este contexto, la operación logística y, dentro de esta cadena, la operación portuaria han sido claves para mantener el abastecimiento de bienes fundamentales para toda la economía, la subsistencia diaria y también la atención de la emergencia sanitaria. En Colombia, el sector marítimo y portuario no se ha detenido en respuesta a su importancia estratégica; y desafiando la pandemia, ha realizado ajustes en la operación, elaborando y cumpliendo protocolos de bioseguridad, e implementando el trabajo remoto, para asegurar su eficiencia bajo condiciones de presión y cambio constante en la operación, en el sector, en el entorno y en el contexto mundial.

La crisis desatada por la pandemia del COVID-19 acentuó elementos de cambio para el sector; uno de estos, como consecuencia de la desaceleración de la economía a nivel mundial, consiste en la reducción del tráfico portuario en 2020, que fue de 167,7 millones de toneladas, representando una disminución de 16,6% frente a 2019[1] y retrocediendo a los volúmenes de ocho años atrás (en 2011, el tráfico portuario fue de 169,3 millones de toneladas), lo que significa un variación porcentual mayor que la del comercio mundial de mercancías que fue del orden del -9,2 %.

Los cambios en las cadenas de abastecimiento a nivel mundial ocasionadas por las cuarentenas y los cierres de fronteras implementados en todos los países afectaron los ciclos normales de movimiento de los contenedores a nivel mundial; contenedores vacíos se  quedaron en Europa y Estados Unidos, y no fueron devueltos a tiempo donde eran requeridos para exportar mercancías. Posteriormente, las expor- taciones de China se recuperaron con mayor rapidez que en otros países, incrementando la demanda de unidades en Asia, situación que viene presionando al alza el costo de transporte desde finales de 2020, y se han alcanzado máximos históricos a nivel mundial, impactando también el comercio exterior de Colombia y el modo marítimo, por el que se realiza cerca del 90 % del comercio exterior colombiano.

En marzo pasado, el canal de Suez sufrió un bloqueo de 6,5 días por el encallamiento del buque Ever Given, uno de los portacontenedores más grandes, con capacidad para 20.388 TEU4 de 400 metros de largo y 60 metros de ancho. Este canal es una de las rutas comerciales más importantes del mundo, ya que por allí pasa cerca del 10 % del comercio global y aproximadamente 19.000 barcos en un año. La interrupción del flujo normal de barcos por esta vía ha retrasado el tránsito de un sinnúmero de contenedores que van de Asia a Europa, afectando también la cadena de abastecimiento global y la disponibilidad de estos en el mundo, incluidas América Latina y Colombia.

El sector portuario, que viene desafiando cambios, se ha preparado efectuando importantes inversiones que en los últimos cinco años, que superan los 500 millones de dólares, permitiendo que al país arriben buques panamax y newpanamax, aportando un mejor nivel de conectividad con el mundo, cumpliendo con niveles de servicio y eficiencia de talla mundial, im- plementando infraestructuras para hacer posible la exportación de nuevos productos, respaldando la demanda de energía a nivel nacional con almacenamiento de gas e hidrocarburos, reduciendo los tiempos y costos de operaciones de comercio exterior, aportando con empleo al desarrollo de las regiones y a sus más importantes clústeres industriales, y contribuyendo al cumplimento de los objetivos de desarrollo sostenible.

Por su parte, el Gobierno Nacional viene trabajando desde hace dos años en la construcción de un nuevo Conpes portuario, para redefinir la política para el sector, lo que no se hace desde 2013, año en el que se expidió el último documento de política para el sector. Como parte de este ejercicio se vienen desarrollando algunos insumos como: estudio de capacidad y oferta portuaria, análisis y recomendaciones sobre la institucionalidad del sector, estudio de la  importancia del sector en la economía y estudio sobre la contraprestación portuaria. En este contexto, el sector portuario tiene enormes expectativas en que el diseño de esta nueva política portuaria cree herramientas para seguir permitiendo el crecimiento de una industria competitiva que ha sido ejemplo de éxito del modelo portuario en América Latina.

El futuro de la actividad portuaria depende de la construcción de una política de Estado que genere un ecosistema competitivo; que incentive las inversiones, la productividad y la eficiencia, que considere la necesidad de una rápida adaptación al cambio; y que esté acorde con el nuevo escenario mundial, el cual se ha modificado sustancialmente desde que la primera concesión portuaria fue otorgada en 1992. La industria portuaria en Colombia se ha venido adaptando y ajustando a los constantes cambios y presiones, aportando a la construcción de un mejor país, pero será clave unir esfuerzos públicos y privados que nos permitan, como hasta ahora, llegar a puerto seguro.