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noviembre 30 de 2022
Perspectivas y expectativas empresariales tras la apertura de la frontera con Venezuela

La frontera comercial vuelve a abrirse y con ella, los sueños del restablecimiento económico de las relaciones bilaterales. Todo un espectro de posibilidades y retos que se despliegan ante la nueva realidad.

Durante  los  últimos  meses,  Norte  de  Santander  ha  sido  el  epicentro  de  conversaciones binacionales en torno a la pronta y muy esperada reapertura de la frontera comercial entre Colombia y Venezuela.  Esto  ha  traído  consigo  un  sinnúmero  de voces que, entre estadísticas y especulaciones,  vislumbran  el  futuro  económico  que  esta  nueva dinámica traerá a la región, sin dejar de lado las lecciones aprendidas durante la última década. Para muchos, el cierre de la frontera propiciado por el Gobierno de Venezuela en 2015 significó el desplome económico de la dinámica fronteriza; sin embargo, este acontecimiento solo dejó en evidencia el declive del comercio exterior colombo-venezolano, que inició a finales de 2009, cuando las exportaciones de Colombia hacia Venezuela pasaron de ser el 12% del total nacional, al 3% en cuestión de meses. Ante el decrecimiento de la economía venezolana, que entre otros factores respondió al estallido de la burbuja de consumo creada por el auge de los precios del petróleo y su abrupta caída, la devaluación del bolívar se anunciaba inminente y la confianza de los exportadores e inversionistas era cada vez menor. Hoy, por primera vez desde 2009, la economía venezolana ha evidenciado síntomas de mejora, lo que hace que la reapertura de la frontera sea aún más esperanzadora para el sector empresarial. Si bien es cierto que el comercio bilateral no se detuvo en su totalidad, ya que la frontera Paraguachón-Guarero siempre estuvo activa, no es un secreto que la frontera nortesantandereana es una opción logística mucho más amable para la mayor parte de las operaciones comerciales que entran y salen del país con destino a Venezuela. Antes de 2015, aproximadamente el 87% de las exportaciones que salían de Colombia hacia Venezuela pasaban por Cúcuta, que en su momento era considerado el espacio más desarrollado y dinámico de los 2.000 kilómetros de frontera que se comparten con esa nación. Tras el primer ejercicio realizado el 26 de septiembre de 2022, cuando las primeras cargas pasaron la frontera rumbo a Venezuela, se percibió un ambiente de optimismo que a su vez dejó al descubierto los retos que tendrán que ser superados antes de que el flujo comercial sea igual o superior al de hace más de 10 años.

El restablecimiento de la confianza en los sistemas transaccionales y cambiarios, la garantía del cumplimiento de los tiempos de pago, la institucionalidad sobre la que se establece el comercio binacional y la rigurosidad del Acuerdo de Alcance Parcial n.º 28 firmado entre las dos naciones serán líneas claves para que la reactivación económica de la frontera sea segura y sostenida en el tiempo. El empresariado nortesantandereano está expectante y dispuesto a trabajar en pro de la recuperación de la que un día fue la frontera más dinámica de Suramérica.