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marzo 22 de 2019
Agro 2.0

La agroindustria está evolucionando de un modelo local y regional a una estructura global, lo que hace que este sector tenga un interés creciente para las corporaciones, las agencias públicas y la sociedad en general. Al final, quienes adopten las nuevas tecnologías serán los ganadores.

César Arango Gómez
Gerente General de Manakin Drones

Satisfacer las crecientes necesidades de la sociedad y mejorar la sostenibilidad del uso de la tierra, el agua y la energía de nuestro sistema alimentario mundial requiere mejoras continuas en la tecnología alimentaria y agrícola. Según el Banco Mundial, para 2050 se necesitará alimentar a 9,7 billones de personas. Por ello, el desarrollo agrícola es una de las herramientas más poderosas para acabar con la pobreza extrema e impulsar la prosperidad compartida. El crecimiento en el sector agrícola es de 2 a 4 veces más efectivo para aumentar los ingresos entre la población con menos recursos en comparación con otros sectores.

Sin embargo, los índices de adopción de tecnologías (activos digitales, mano de obra y su uso) en el sector agrícola son unos de los mas bajos, junto al sector de la construcción, de acuerdo con un estudio de McKinsey Global Institute. Diferentes investigaciones a nivel internacional buscan explicar por qué las tasas de adopción de nuevas tecnologías son bajas entre los pequeños agricultores. Según estos estudios y un análisis de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), las razones están asociadas tanto al contexto que enfrentan los productores –restricciones crediticias, baja conectividad vial, altos costos de los servicios técnicos y logísticos, y educación, entre otros–, como a las características de las unidades agropecuarias: su tamaño, nivel de capitalización, etc.

Esta baja adopción de tecnologías se traduce en una baja eficiencia productiva; por ejemplo, se necesitan 7 toneladas de alimento para producir 1 tonelada de carne y 880 litros de agua para producir 1 litro de leche. Las nuevas tecnologías están ayudando a la agroindustria a aumentar la eficiencia y reducir los costos. Pero la regulación gubernamental, las prácticas históricas y la capacitación deficiente siguen retrasando la adopción de tecnología.

Afortunadamente existe un gran número de emprendedores que trabajan arduamente para resolver estos problemas, que son fundamentales para vincular a los pequeños productores con los mercados nacionales, satisfacer la demanda de alimentos y crear los empleos del futuro.

Estos emprendedores deben encontrar nuevas respuestas a desafíos tales como la optimización del acceso a mercados, el aseguramiento de suministros confiables, la gestión del riesgo y la incertidumbre, el fortalecimiento de encadenamientos productivos, la mejora de la logística y la oferta de capacitaciones e información técnica oportuna, entre otros.

Algunas de las tecnologías que actualmente están usando estos emprendimientos, que son el futuro para el desarrollo del agro, y que vale la pena tener en cuenta en los próximos años son las siguientes.

Drones
Los drones (o vehículos aéreos no tripulados) son la herramienta principal en la actualidad para la agricultura de precisión. Están en capacidad de realizar análisis avanzados de grandes extensiones de tierra en pocas horas: con un solo vuelo se puede generar modelos topográficos, analizar la densidad de siembra, identificar árboles faltantes, realizar índices clorofílicos y detectar enfermedades en etapa temprana, entre otros factores útiles para aumentar la productividad y reducir perdidas en los cultivos.

 

Blockchain
El uso de la tecnología blockchain (información encriptada en una cadena de bloques que puede registrar transacciones entre dos partes de manera eficiente, verificable y permanente) es relativamente nuevo y de poca difusión. Sin embargo, el uso de esta tecnología trae grandes ventajas en temas como trazabilidad, seguridad de los alimentos, logística, costos transaccionales y apertura de nuevos mercados, pues se puede saber con exactitud de dónde viene, dónde está o para dónde va un producto específico; y conocer con certeza todos los puntos de la cadena de suministro, desde su producción hasta su consumo final, y la información detallada de cada uno de los actores involucrados.

Internet de las cosas (IoT)
El internet de las cosas (Internet of things o IoT) tiene la capacidad de transformar el mundo en el que vivimos, y en la agricultura podría tener el mayor impacto. La agricultura inteligente basada en tecnologías de IoT permite reducir los desperdicios y mejorar la productividad, desde la cantidad de fertilizante utilizado hasta el número de viajes que han realizado los vehículos agrícolas; así como construir sistemas para monitorear y automatizar el cultivo con la ayuda de sensores (luz, humedad, temperatura, humedad del suelo, etc.). Gracias a esto, los agricultores pueden controlar las condiciones del cultivo desde cualquier lugar.

Inteligencia artificial (AI)
El objetivo de la inteligencia artificial es crear tecnología que permita que los computadores y las máquinas funcionen de manera inteligente. En la agricultura es posible gracias a los numerosos avances tecnológicos –como los mencionados anteriormente–, el análisis de grandes volúmenes de datos, el internet de las cosas, la disponibilidad de sensores y cámaras, la tecnología de drones e, incluso, la cobertura de internet a gran escala en campos geográficamente dispersos. Estas tecnologías y herramientas combinadas permiten hacer analítica predictiva, resolver problemas complejos y desarrollar técnicas de visión artificial para recolección o aplicación de productos, entre otras aplicaciones para mejorar la eficiencia agrícola.