jueves, 18 de abril 2024 | English | INICIAR SESIÓN
noviembre 27 de 2019
¿Cuál es el futuro de la agricultura cuando todas las industrias se transforman?

Existe una gran variedad de especies comestibles desaprovechadas y una población cada vez más numerosa. La innovación en el sector agrícola es la clave para resolver una ecuación fundamental para el mundo entero.

Carla Tanas, Cofundadora de The Future Agro Challenge

Aunque somos conscientes de la existencia de 12.000 especies comestibles, casi el 95% de la comida que en la actualidad hace parte de los menús alrededor del mundo se elabora con aproximadamente 30 especies vegetales comestibles. Esto se traduce en menos del 1% del potencial mundial de alimentar a toda la población. Con la influencia de los cambios económicos de la dieta, la degradación del suelo, las plagas, la sequía y el mal manejo de los cultivos, el arroz, el trigo, el maíz, la soya y las papas se han convertido en los ingredientes básicos que han sustentado a los humanos durante los últimos 50 años, a pesar de las variaciones en la gastronomía alrededor del mundo. Una gran cantidad de sabores y de cadenas de valor se han perdido, culturas locales distintivas han desaparecido y aun así estamos dispuestos a producir más de lo mismo.

El menú mundial se ha vuelto monótono a un precio costoso ante desafíos globales de alto riesgo. Tenemos 1.200 millones de personas en la fuerza laboral mundial que trabajan en la agricultura, pero solo un 4% del producto interno bruto global proviene de la agricultura. Vamos en la dirección opuesta al segundo Objetivo de Desarrollo Sostenible de la ONU, “Hambre cero”, pues existen 38 millones de personas pasando hambre debido a causas relacionadas con conflictos e inmigración. 

Lo anterior automáticamente se relaciona con la necesidad de desarrollo rural inmediato, pues la mayoría del reclutamiento de las organizaciones guerrilleras proviene de áreas rurales, 1.300 millones de toneladas de alimentos producidos para consumo humano se desperdician cada año y, además, el menú mundial actual va de la mano con el cambio climático, pues la agricultura es la tercera industria que causa más emisiones de gas.

Con 7.500 millones de personas en el mundo, 3.000 millones hacen parte de la fuerza laboral, de la que el 40% está concentrada en la agricultura. Esto se traduce en 570 millones de familias campesinas que producen más del 80% de la comida consumida en todo el mundo. Solo en Colombia, el 81% de las familias cultiva en fincas de pequeña escala. Con la producción de menos del 1% del potencial del menú mundial, ¿cómo vamos a incrementar en un 70% para 2050 la ingesta calórica de forma sostenible, saludable y nutritiva?

Los agricultores están llegando a su edad de retiro y el ingreso mínimo no inspira a la juventud a tener cuenta esta actividad como una oportunidad laboral. En mercados emergentes como Colombia, el 24% de la población vive en zonas rurales y 38,4 millones de personas tienen un ingreso menor a US$4 al día. Estamos a punto de perder una economía del conocimiento: el conocimiento instintivo del granjero, transmitido de generación en generación. Debemos entender las dimensiones cognitivas de cómo los granjeros piensan y toman decisiones. Desafortunadamente, el sistema de educación formal actual todavía está atrasado al respecto. La agricultura y otras cadenas de valor, como el procesamiento, la conservación y el mercadeo, deben ser reintroducidas en los sistemas de educación formal, ya que son necesarias para el agricultor y el consumidor. Una comprensión de las estructuras de aprendizaje construidas por los agricultores en la gestión de la difusión del conocimiento, incluyendo la incorporación de flujos informales de saberes, es necesaria para el desarrollo rural. Sin la familia de agricultores a la cabeza de la cadena de valor global de los alimentos, el futuro de la agricultura solo podrá avanzar en términos tecnológicos, por lo que continuaremos con el menú mundial actual, pero con menos variedades. Por lo tanto, necesitamos acelerar la solución cerrando la brecha entre los granjeros y el ecosistema de innovación.

Las autoridades deben tratar de proveer un entorno propicio para la innovación y la inversión, con el fin de promover que las familias de agricultores inviertan en prácticas sostenibles mientras dan a conocer su conocimiento tradicional, lo que usualmente tiene altos costos de puesta en marcha y largos periodos de rentabilidad. Debemos alentar a los agricultores con visión de futuro a crear y comercializar sus propias soluciones utilizando la tecnología como herramienta. Eliminar a los agricultores del campo también eliminaría el potencial de renovar cocinas culturales y soluciones medicinales tradicionales.

Con la aceleración positiva de la tecnología, hoy estamos más conectados y tenemos la habilidad de aumentar la difusión de información, así que alcanzar 570 millones de familias campesinas no es intimidante. Identificar tierras de cultivo por medio de satélites GPS y conectarlas a una red no es una tarea fácil, pero es realizable. Es el momento de poner a las familias campesinas en el centro de la cadena de valor de los alimentos. No hay duda de que los agricultores comenzarán a usar menos para producir más y que con nuevas tecnologías vamos a ser capaces de crear granjas más rentables, eficientes, seguras y amigables con el medio ambiente. Pero la gran pregunta sigue ahí: ¿cómo vamos a crear al agricultor del futuro, equipado con las habilidades adecuadas, en el ambiente que tenemos en la actualidad?

En el ámbito de los retos de alimentar una población creciente con recursos cada vez más escasos, y por todas las razones que se han expuesto en las anteriores líneas, Future Agro Challenge fue creada como una red global que ayuda a fortalecer una nueva generación de agricultores innovadores y emprendedores, activa en más de 60 países, en los cinco continentes.

La innovación, más que nuevas tecnologías, implica diferentes formas de pensar y de hacer las cosas. Esto se relaciona con la estrategia, el mercadeo, la organización, la gerencia y el diseño. Las soluciones varían en cada parte del mundo, lo que se evidencia más en los países en vía de desarrollo, donde el crecimiento y la innovación en la producción de alimentos van a ritmos más lentos, y donde más del 90% del crecimiento poblacional va a ocurrir, por lo que se debe duplicar la producción para suplir la demanda. Soluciones “glocales” son la clave para resolver este rompecabezas alimenticio. Y para hacer esto de manera sostenible, una red de múltiples partes interesadas, enfocada en el agricultor como fuerza impulsora, es lo que debemos adoptar para ver el cambio global que todos estamos buscando.

Abordar problemáticas globales requiere del acompañamiento de una comunidad que facilite esta aproximación. Ninguna solución tecnológica puede cambiar la educación local, la cultura y las políticas al mismo tiempo, a menos que se comience con el sistema de alimentación local. Es a través de la agricultura que podemos impulsar economías sostenibles e intervenciones ante el cambio climático, la educación y la política. La agricultura es definida por la cultura, la educación y la política. A largo plazo, los innovadores agroalimentarios pueden tener un impacto mayor, que vaya más allá del ecosistema agrícola.

La industria alimenticia y el medioambiente reiteran que los consumidores son actores críticos del cambio en nuestro sistema alimenticio, pero esto no es cierto, pues nuestro suministro mundial de alimentos se satisface con lo que representa menos del 1% de su potencial de variedad. Los consumidores no pueden arreglar el sistema alimenticio por sí mismos. Necesitamos acercar a los agricultores al ecosistema de innovación, y proveer un entorno que supere la ayuda financiera y, en su lugar, incorpore una mentalidad de emprendimiento, que hace parte del instinto tradicional de los agricultores. 

Future Agro Challenge, la competencia empresarial líder en innovación agrícola y alimentaria en todo el mundo, actúa en Colombia en asocio con la ANDI. Lleva a cabo competencias nacionales para destacar emprendedores agroalimentarios, que a su vez son invitados al Global Agripreneurs Summit, una asamblea de líderes de todo el mundo en la que agricultores, agroemprendedores, chefs, inversores, organizaciones, políticos y otros líderes relevantes trabajan juntos para darle vida a innovaciones disruptivas e impulsar la agricultura como una fuente sostenible de crecimiento y desarrollo económico. Los ganadores nacionales compiten con los emprendedores triunfadores de más de 60 países para identificar al agroemprendor del año, que gana un paquete hecho a la medida, con oportunidades de crecimiento durante un año.

Este evento siempre se lleva a cabo en un destino diferente (Colombia en 2016, Sudáfrica en 2017 y Turquía en 2018) para dinamizar la industria agroalimentaria tradicional y convertirla en un espacio innovador. La cuarta versión del Global Agripreneurs Summit se llevó a cabo en Tesalónica (Grecia), del 7 al 11 de septiembre de 2019, en el marco de la Feria Internacional de Tesalónica, la exhibición más importante de Grecia, con más de 263.000 visitantes e inaugurada cada año por el Primer Ministro. La asistencia a este evento ofrece acceso a oportunidades educativas y de financiamiento, así como asociaciones de mercado y nuevos clientes.