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septiembre 7 de 2018
Lecciones de pequeños para grandes

Los emprendimientos a pequeña escala son nativos del ecosistema de la innovación. Sobran las razones para que las grandes empresas acudan a ellos para llevar a cabo procesos exitosos.

Andrés Espinosa | Director de Conocimiento de Grimorum


Ricardo Rincón | Líder de Conocimiento de Grimorum


Juan Espinosa | Gerente de Grimorum


Al analizar el cambio de discurso de los gurús en innovación de las diferentes corrientes y tendencias actuales, es claro que la innovación no tiene sentido si no es aceptada e implementada en el mercado, ya que sin este proceso es imposible generar impactos tanto para la sociedad como para el innovador. Sin embargo, en el ámbito empresarial, llevar las innovaciones al mercado se ha revelado como un proceso tortuoso, complicado y en la mayoría de los casos infructuoso, lo que a la larga da como resultado que gran parte de la inversión hecha en innovación empresarial quede archivada o, en el mejor de los casos, expuesta en un bonito escaparate.

Pero no tiene que ser forzosamente así de difícil. Los emprendimientos de crecimiento rápido, startups y más aún las scaleups (compañías en fase de crecimiento) han demostrado ser una buena plataforma para llevar eficientemente las innovaciones al mercado y evaluar su viabilidad con rapidez. Entender las buenas prácticas de las startups en esta materia y las dificultades de la innovación empresarial más tradicional permite vislumbrar un camino para que cada vez más innovaciones impacten el mercado.

LA LECCIÓN DE LAS STARTUPS

¿Por qué las startups son generalmente menos renuentes a asumir el reto de crear y proponer nuevas ideas, productos y formas de resolver problemas a pesar de sus limitados recursos económicos y materiales, tiempo y equipo de trabajo?

Innovar en el ecosistema del emprendimiento es un reto constante, gracias a que suele entenderse como la clave para hallar el factor diferenciador de un negocio frente a sus competidores; como el motor que llevará a las startups hacia esa consolidación que buscan los que persiguen el objetivo de ser dueños de su propia compañía.

Es por esto que los emprendimientos en su fase inicial son vistos como depósitos de soluciones y como modelos de negocio disruptivos, porque su ecosistema es la cultura de la innovación.

Más allá de tratarse de una cultura, las startups han entendido lo importante que es impulsar la innovación por medio de un proceso permanente de aprendizaje que permita identificar nuevas oportunidades para resolver problemas o necesidades del entorno. Debido a su capacidad de adaptación, transformación y agilidad en su forma de operar, este tipo de compañías son un buen ejemplo para las grandes empresas.

INNOVANDO DESDE LAS EMPRESAS

El sector corporativo en Colombia es muy diverso para la innovación; así como hay empresas que llevan más de 10 años implementando procesos de este tipo, hay organizaciones que hasta ahora están estructurando su estrategia y su equipo para lograrlo. Sin embargo, cuando se analizan estas organizaciones con mayor detenimiento puede observarse que la gran mayoría experimenta dificultades similares al momento de implementar con éxito la innovación. Estos problemas podrían agruparse en dos categorías, que ocurrirían de manera simultánea en la misma compañía.

El primer grupo corresponde a los problemas relacionados con la dificultad de empalmar la estrategia de la compañía con las acciones de innovación y con la posibilidad de que el capital humano pueda ejecutar los proyectos de innovación con eficiencia en su día a día. Al no poder atender estos problemas, los tiempos de desarrollo de los proyectos de innovación y, por consecuencia, los tiempos de salida al mercado se ven gravemente afectados, y hasta pueden obstaculizar la obtención de un producto con las características mínimas necesarias para presentarlo a clientes y usuarios.

Por ejemplo, hay organizaciones que han optado por separar los equipos de voluntarios de innovación y llevarlos a lugares que promuevan la creatividad como coworkings u otros espacios, para que se empapen de los ecosistemas de emprendimiento, así como hay otras que promueven que los empleados dediquen el 20% de su tiempo a desarrollar proyectos de innovación. Pero en el momento de la ejecución, el trabajo en el core de la compañía es prioritario frente a los proyectos de innovación y los resultados de estos dependen de qué tanto apasiona a cada uno de los colaboradores el proyecto o la innovación en sí mismo.

Por otro lado, los equipos aislados no pueden aprovechar fácilmente los beneficios de innovar desde una plataforma segura y establecida como la de una empresa, y experimentan las dificultades al intentar hacer algo diferente dentro una estructura organizacional compleja, con una maquinaria de prácticas y procedimientos especializados en la actividad principal de la compañía.

La segunda categoría de problemas se compone de aquellos que ocurren durante la salida al mercado del modelo de negocio de los proyectos de innovación. Estos problemas externos se enfrentan al alto riesgo reputacional que esos nuevos productos o servicios puedan generar si llegan a fallar o generar rechazo en los consumidores, lo que hace que se incrementen las exigencias del desarrollo previo.

Estos problemas han generado desconfianza en los procesos de innovación, lo cual se ve reflejado en la baja cifra que se invierte en innovación en Colombia –apenas 0,7% del PIB– y que pocas empresas desarrollan procesos de innovación –menos de 22% según un artículo publicado por la revista Dinero–, por lo que para los gerentes y directores encargados, la innovación se ha convertido en una lucha constante por generar victorias tempranas y mostrar resultados para aumentar la credibilidad en los proyectos y así obtener el visto bueno para poder salir a validar y lograr victorias de largo plazo. Todo esto se convierte en un círculo vicioso.

SALIR AL MERCADO COMO UNA STARTUP

Existen prácticas como la tercerización parcial de los procesos de innovación de una empresa por medio de un servicio prestado por una startup, que permiten aprovechar recursos, capacidades y habilidades de las compañías, así como su conocimiento profundo de los mercados, en entornos de aprendizaje rápido y desarrollo ágil por fuera de las maquinarias especializadas. Estas prácticas hacen posible realizar múltiples ensayos en muy poco tiempo, y sin miedo a manchar la reputación de las compañías en el caso que esos ensayos no sean exitosos.

Una startup presta sus servicios de investigación y desarrollo de mercados con equipos mixtos de emprendedores y colaboradores. Estos equipos trabajan de la mano para analizar oportunidades de innovación y convertir ideas en prototipos que se prueban rápidamente en el mercado bajo la estructura de una empresa de menor escala y cuyos resultados se transfieren de regreso a las compañías, convirtiéndose en victorias tempranas de los procesos de innovación, listos para continuar su camino en los procedimientos internos de las empresas.

De esta forma es posible desarrollar experimentos con usuarios y clientes reales desde etapas muy tempranas, con presupuestos fijos no dependientes de lo que se vaya desarrollar, y sin riesgos reputacionales para la compañía, facilitando así el lanzamiento de prototipos preliminares.

Este tipo de enfoques tiene también sus retos, como el poder contar con metodologías que faciliten el intercambio de conocimiento y que aseguren alcanzar las metas de mediano y largo plazo en poco tiempo y sin depender de las actividades a realizar; pero para quienes lo han implementado, ha demostrado ser una alternativa viable y muy eficaz.

En el caso de Grimorum, como prestadora de servicios de construcción de negocios, hemos logrado reducir no solo tiempos (hasta en un 50%), costos (hasta en un 70%) y riesgos reputacionales (hasta un 100%) de la salida al mercado de nuevos productos y servicios para las empresas, sino que también hemos demostrado que podemos reducir los índices de fracaso de los proyectos de innovación (hasta un mínimo de 10% de probabilidad de fracaso).